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¿Por qué tengo Antojos?

Antojos ¿Para qué os quiero?

¿Quién no ha sentido alguna vez unas ganas irrefrenables de echar mano a un paquete entero de galletas, a una barra de pan o a cualquier dulce que se interponga en su camino?

Bueno, la verdad es que no tiene por que haberos pasado tan solo con algo dulce, también puede suceder con alimentos salados, sobretodo cuando estamos a dieta o manteniendo, por cualquier motivo, algún tipo de restricción alimentaria, pero ¿a qué se deben estos antojos?

El cuerpo tiene unos mecanismo de funcionamiento espectaculares y francamente, no solemos ser plenamente conscientes de ellos. Cuando aparecen estos antojos significa que el cuerpo está pidiendo auxilio, me explico, si por ejemplo, los niveles de nitrógeno de tu organismo están disminuyendo empezarás a sentir la inevitable necesidad de comer pan para restaurarlos. Estas sensaciones son bien conocidas por las mujeres que están en embarazadas, debido a sus altos requerimientos nutricionales se vuelven expertas en experimentar tales sensaciones, cada vez que sus niveles de minerales o vitaminas decaen surge algún tipo de antojo, por lo tanto, está es su auténtica finalidad, a veces, en forma de molestos caprichos.

Vamos a ver a que necesidad responde cada tipo de antojo

CHOCOALTE

Cuando sientes la necesidad de ingerir este dulce placer, por lo general estás delante de una posible carencia o disminución en tus niveles de magnesio. Actualmente este mineral escasea en la alimentación y por lo tanto se estima que cerca del 80% de la población experimenta sus carencias. El alimento que más nos puede ayudar a subir sus niveles es el chocolate, por lo tanto el organismo va a pelear por hacerte salir a la caza de él. Sin embargo, si sientes la necesidad de echar mano del cacao que sea lo más puro posible, de lo contrario puede ser peor el remedio que la enfermedad. Una sola onza de chocolate lleva en sí misma una cantidad importante de azúcar, por lo que es aconsejable que lo escojas en su máxima pureza, es decir, asegúrate que sea oscuro, mínimo el 75% de cacao, así te beneficiaras también de sus numerosos antioxidantes

COMIDA SALADA

Si peleas por una bolsa de palomitas o un paquete de patatas fritas es que tus niveles de estrés te empiezan a afectar. Cuando las glándulas suprarenales, situadas encima de los riñones y facilitadoras de buenas dosis de energía se cargan puedes empezar a notar el deseo de tomar productos más salados, lo que llevará a estimularlas más si cabe. Estas glándulas también tienen la funcionalidad de aliviarnos del estrés por lo que si se encuentran saturadas lo más posible es que empieces a sentir momentos de “histeria”.

Solo aprender a controlar el estrés correctamente nos ayudará a evitar estos antojos y a sentirnos más tranquilos.

COMIDA DULCE

Llegados a este punto podemos hablar de la preciada insulina. Esta hormona, reguladora de los niveles de azúcar en sangre, parece hoy en día que pasa factura a más de uno y una. Son muchas las personas que experimentan un aumento en su sensibilidad, o en su defecto, una carencia de la misma, por lo que las sensaciones corporales que esto puede producir son francamente muy molestosas a la vez que peligrosas.

Un deseo irrefrenable de tomar dulces nos indica que algo no funciona bien en cuanto a los niveles de azúcar en sangre, ahora bien, si sucumbes a este placer y te dejas llevar por el antojo, hartándote a pasteles, bollos y magdalenas entrarás en una montaña rusa de azúcar de la que cada vez te costará más salir. El azúcar actúa en un ciclo vicioso de por sí mismo, produciendo un pico en sangre a los 15 minutos aprox. de haberlo ingerido y descendiendo bruscamente al poco rato, lo que te llevará a volver a tener la extrema necesidad de consumirlo y así sucede una vez y otra, lo que solo puede conducirte a tener un mal final.

Una solución a este problema suele ser el consumo de Cromo en forma de suplementación, este te ayudará a mantener estables tus niveles de glucosa y evitará, dentro de lo posible, la necesidad irrefrenable por ingerir azúcar.

QUESOS

Los quesos por lo general responden a una carencia de ácidos grasos en el cuerpo, normalmente las personas no satisfacemos nuestros niveles de Omega-3, por lo cual el organismo buscará aquella fuente que proporcioné de manera rápida buenos niveles de estos, y los quesos por su alta composición grasa cumplen a la perfección esta función.

Adopta el hábito de comer nueces naturales, salmón y aceite de lino para mantener estos niveles correctos.

CARNE ROJA

Quizá es un antojo raro, pero hay personas que tienen la necesidad de comer carne roja en exceso, una hamburguesa o un buen bistec responden a este antojo, lo que podría estar indicando una deficiencia en cuanto a tus niveles de hierro. Cierto es que este caso se da más en mujeres jóvenes y en hombres que ponen al limite a sus cuerpos, entrenando con altas cargas.

Una solución a este problema es aumentar el consumo de legumbres, espinacas y higos naturales.

¿QUÉ PUEDO HACER?

Antes de caer en la tentación de cualquier antojo prueba a beber un buen vaso de agua y espera unos momentos, la mayoría de veces con este sencillo procedimiento termina por desaparecer. En ocasiones el cuerpo se encuentra deshidratado y este también suele ser el motivo por el cual confundimos sensaciones, por otro lado, los receptores cerebrales que nos indican la necesidad de comer o beber se encuentran francamente cerca, lo que podría llevar a confundir sensaciones, así que antes de tirarte de cabeza al cajón de los dulces o asaltar el frigorífico echa mano del agua y espera a ver que sucede.

y ¿QUÉ HACES TÚ? …

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