El Cupido Psicológico del Fitness
El Cupido Psicológico del Fitness
¿Cómo influye el deporte en nuestra Psicología?
El Bienestar psicológico no es un simple Mito
Hay distintas teorías que intentan dar explicación a porqué el ejercicio físico influye de manera directa sobre el estado de ánimo y el bienestar psicológico. Algunas de ellas se basan en un razonamiento que recae sobre un tema básicamente hormonal, ¿quién no ha oído a hablar de las endorfinas? Su efecto analgésico y por ende neutralizador de los procesos que generan sensaciones de dolor y malestar son ampliamente conocidos, también lo es la teoría de los neurotransmisores que argumenta como el aumento en la liberación de dopamina y noradrenalina al torrente sanguíneo a consecuencia de la práctica deportiva (Salvador et al., 1995; Paffenbarger, Lee y Leung, 1994) provoca una mejora notoria en todos los procesos emocionales. En todo caso también se encuentran aquellas más subjetivas basadas en el aumento de la temperatura corporal o la teoría de la distracción como origen de un mayor bienestar psicológico (Arruza et al., 2008). Sin embargo todas ellas guardan un alto grado de relación, no siendo excluyentes entre sí, sino más bien complementarias. Un punto importante a tener en cuenta es la necesidad de adaptar el tipo de actividad, su frecuencia e intensidad según las características de cada persona, dependiendo de su resistencia física y su propio objetivo, de lo contrario corremos el riesgo de convertir lo que podría ser una mejora en el bienestar psicológico en un auténtico caos personal.
Otro punto a tener en cuenta es que una mejora en el estado psicológico de la persona no termina aquí, sino que repercute en muchos otros ámbitos, existe una mejora en las relaciones sociales, en las tareas académicas o laborales e incluso una mayor capacidad de concentración, adquiriendo así relación directa con todo el sistema cognitivo y facilitando el desarrollo de las propias capacidades en el sujeto. Poco a poco todos estos factores serán los causantes de producir una mayor adherencia al nuevo estilo de vida, este proceso no sucede de hoy para mañana, ni tampoco se da, según creencia popular a los 21 días, tiempo que erróneamente se cree que tiene que transcurrir para adquirir un nuevo hábito en tu vida, este número es solo el resultado de un conjunto de estadísticas, más adelante analizaremos con detalle cómo se forma un hábito y cuanto tiempo es necesario realmente para que una rutina se automatice en tu vida. En este caso existe un estudio llevado a cabo por Paola Karina Ladino et al., publicado en larevista Iberoamericana de psicología del ejercicio y el deporte, Vol.11, Nº 1, y realizado sobre un grupo de mujeres, estudiantes universitarias, que determina improbable que en un transcurso de tan solo 6 semanas (48 días) los sujetos percibieran mejoras emocionales en respuesta a un aumento de la actividad física. En él podemos observar como realmente se precisa mayor tiempo en implantar auténticos cambios que modifiquen la propia psicología.
Es importante terminar este punto aclarando que cualquier estado de ánimo que podamos experimentar es el resultado de un proceso dinámico entre el desarrollo fisiológico y psicológico en combinación con el ambiente y la actividad realizada por el sujeto, por lo tanto, puede transformarse y verse por ende modificado, lo que se traduce en que no tenemos por qué estar o sentirnos eternamente incapacitados, desgraciados o desdichados.
Todo movimiento conlleva un cambio, solo el estancamiento y la inacción mantienen al estado o situación inmóvil.
