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Olga, Episodio 1


Mi historia no es muy distinta que la de otras mujeres. Un día me desperté y me dije a mi misma que no podía más, que eso se había acabado, no podía seguir así. Había llegado un momento que ya no sabía ni que ropa ponerme para ir al trabajo, tenía que dedicar casi 30 minutos a probarme trapos de ropa del armario, y ni así lograba ningún día salir de casa mínimamente cómoda.

Andaba por la calle y me invadía la irracional sensación de que todo el mundo me miraba, pensaba que se fijarían en mi nuevo michelin o que verían mis brazos como los de un culturista, pero obviamente en este caso, alimentados por grasa.

Me sentía incómoda en cualquier sitio y situación, fue mi pareja antes de irnos a dormir quien me hizo abrir los ojos. Él quería que mantuviéramos sexo pero, era tal la incomodidad que sentía conmigo misma que siempre encontraba una excusa u otra para rechazarlo. Aquél día fue distinto, aquel día él se molestó. Me expreso su enfado pero pude ver como estaba cargado de tristeza, sus comentarios me hirieron profundamente pero al mismo tiempo me hicieron reaccionar. Sus palabras estuvieron retumbando en mi cabeza durante toda la noche, no dormí apenas, pero tuve tiempo de pensar que se había terminado, que no podía dejar que mi peso, ni mi condición física, por llamarla de alguna forma, se adueñaran del rumbo de mi vida. Francamente creo que mantuve una larga conversación conmigo misma y a día de hoy, después de casi 3 meses doy las gracias cada mañana por haber vivido aquella insoportable y larga noche, en la que creo, me encontré a mí misma, o si no, encontré aquella parte de mi luchadora, aquella que hacía tiempo parecía haber desaparecido.

Estas 9 semanas no han sido fáciles, ya que mis adaptaciones son bastante dificultosas, además, yo no había sido nunca ninguna experta en temas de alimentación y mucho menos de entrenamientos, bueno quizá de alimentación si, amo las pizzas y los crepes de Nutella, y puedo contaros lo que queráis sobre su sabor y sus distintas recetas, jejeje, fuera risas. Todo y habiendo sido unas semanas complicadas os traigo una foto para que veáis el resultado de mi esfuerzo. No lo voy a llamar sacrificio porque es algo que he decidido yo misma hacer, así que no sacrifico nada, sólo sueño con mejorar mi cuerpo, y un deseo así no puede realizarse mediante un sacrificio, no me gusta la palabra.

En cuanto a mi nueva alimentación y entreno, debo felicitar a la chica que me lleva, Marisa, agradecerle estar a mi lado calmando mis miedos y dándome soporte cada vez que le he dicho que lo veía imposible, que no podría con esto. Encontré esta web de casualidad cuando las Women’s fitrainer aún estaban alojadas en su antiguo dominio y yo buscaba milagros, ciertamente ya no tenía nada que perder, así que aquella misma mañana contacté con ellas, obviamente la mujer que me atendió por mail me dijo amablemente que los milagros a Lourdes, que ellas me aseguraban mi transformación al 100% pero que debería quererlo e ir a por ello. Ese fue un gran día.

La nueva dieta que sigo, no la he llevado nada mal, al menos hasta ahora, quizá la primera semana fue la que me hizo pasar más malos ratos. Creo que no iba a dormir ningún día sin pensar en los croissants de chocolate blanco, no sé porque pensaba justo en esto, pero me deleitaban.

En fin, aún no he podido apuntarme al gimnasio, así que me han adaptado el entreno para hacer en casa, espero poder organizarme en la faena y empezar a buscar un sitio para entrenar que me quede lo más cerca posible.

Seguiré informando sobre mis avances, ¡Que los habrá!

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